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Consejos prácticos que te ayudarán a efectuar una buena fotografía de paisaje


Supongo que la gran mayoría de consejos que podremos leer en este artículo los habrán escrito antes que yo cientos de blogs, pero no por eso dejaré de enumerarlos a fin de refrescar la memoria sobre estos conceptos.

Primero podríamos decir que la fotografía de naturaleza, y concretamente de paisajes, es un tipo de fotografía, valga la redundancia, con la que prácticamente todos comenzamos en este mundo. Todos recordamos esas primeras tomas que hicimos recién estrenada nuestra cámara y que, por mucho empeño que pusiéramos, no nos acababan de gustar. No sabíamos concretamente en qué fallábamos. Mirábamos paisajes de fotógrafos reconocidos y no veíamos la forma de, ni tan siquiera aproximarnos a su trabajo.

Evidentemente hay un componente que no se puede enseñar. La visión artística se tiene o no se tiene. Ir caminando y “encuadrando” mentalmente no se enseña en ninguna academia. O se tiene esa sensibilidad artística o por más que leamos trucos, conceptos o tutoriales, no seremos jamás capaces de hacer algo que se pueda llamar “arte”.
Pero también es cierto que, tener una buena base técnica sobre la que apoyar nuestras fotografías, hará que nos sea más sencillo aproximarnos a las creaciones de los verdaderos monstruos de la fotografía.

Pasemos ahora a enumerar una serie de puntos que nos serán fundamentales para efectuar unas buenas fotografías de paisaje.

1- El equipo adecuado

Si pretendemos hacer buenas fotografías de paisaje, es fundamental contar con un equipo mínimo indispensable. Ahora pasaré a enumerar esos “artilugios” que nos facilitarán las cosas.

a) Objetivos

Todo dependerá del tipo de fotografía que pretendamos efectuar. Si lo que queremos es hacer una fotografía de paisaje incluyendo el máximo de escena posible, evidentemente necesitaremos un objetivo gran angular. A partir de 10 mm cualquier objetivo nos servirá en esta tarea. Objetivos con menos de 10 mm no nos resultarán útiles.
Un “ojo de pez” de 8 mm no corrige la distorsión geométrica, al contrario, la busca. Eso comportaría que las lineas horizontales y verticales saldrán desviadas, por lo que el resultado final, a pesar de ser creativo, distaría mucho de la representación real de la escena.
Hablar de la luminosidad es casi obvio. Mientras más luminoso sea nuestro objetivo, menos dependeremos de la luz ambiental para hacer la fotografía.
En el caso de que no contemos con un objetivo adecuado siempre nos quedará el recurso de unir imágenes a posteriori. Supongamos que tenemos un objetivo cuyo rango focal mínimo es más alto de lo aconsejable (por ejemplo contar con un 28-300, un 70-300 ó un 55-250). En este caso podremos ir fotografiando por zonas, para luego unir todas las fotografías en una sola panorámica con cualquier programa de edición fotográfica. AutoStitch, Calico, Hugin , por poner unos ejemplos, y evidentemente con la función Photomerge que viene incluida con el Photoshop, nos servirán para tal fin.
Aunque para efectuar este tipo de fotos panorámicas, y en general cualquier fotografía en el que la escasez de luz nos impida hacer la fotografía a mano alzada, necesitaremos un trípode.

b) Trípode

Como ya he comentado antes, si la foto que deseamos efectuar se va a hacer en bajas condiciones de luminosidad, necesitaremos contar con un trípode. Hay soluciones de emergencia en caso de haber olvidado el trípode en casa, pero no nos resultarán tan cómodas.
Pensemos en una foto que se nos ofrece a la vista por sorpresa y sin el trípode a mano. ¿Qué hacemos si la luz ya es escasa? La solución sería buscar un buen punto de apoyo donde dejar reposar la cámara mientras hacemos la fotografía. Una silla, una piedra, incluso el mismo suelo nos puede sacar de un apuro. Evidentemente si hacemos una foto a ras de suelo nos arriesgamos a sacar parte de éste en la foto. Este pequeño inconveniente se puede salvar poniendo algo bajo el objetivo y así conseguir que la cámara quede ligeramente levantada respecto al suelo. El móvil, unos filtros, una piedra……cualquier cosa nos puede valer.
Aunque en estos casos, donde tenemos que tirar de soluciones de emergencia, es aconsejable trabajar con temporizador o bloqueando el espejo para evitar “trasladar” vibraciones innecesarias a la fotografía.
He hablado del temporizador y del bloqueo del espejo, pero ¿Y si llevamos un disparador remoto?

c) Disparador remoto

Este pequeño aparato nos evitará todos los problemas/soluciones expuestos en el anterior punto. Llevando uno con nosotros, siempre nos aseguraremos de hacer fotos de larga exposición sin trasladar ningún tipo de vibración a la cámara.
Recordemos que una pequeña trepidación puede arruinar una magnifica fotografía.

d) Filtros

Los filtros son esenciales en cualquier tipo de fotografía, pero en la de paisajes es básica.
El hecho de hacer fotografías en el exterior, nos obliga a depender de las condiciones cambiantes de luminosidad en toda la escena.
Supongamos que después de haber preparado meticulosamente nuestra fotografía, de repente le da por despejarse y sale el Sol con toda su potencia.
¿Qué hacemos?
Ahora nos encontramos con una escena demasiado iluminada. Lo podemos solucionar cerrando el diafragma -de hecho un diafragma cerrado es fundamental para conseguir una mayor profundidad de campo-, pero es posible que no sea así. Cabe la posibilidad que la combinación entre la apertura de diafragma y la velocidad de obturación que nos marca la cámara para una correcta exposición no sea la que queramos para esa fotografía en particular.
Para esto tenemos los filtros de densidad neutra.
Estos filtros se caracterizan por reducir la intensidad de la luz que pasa hacia el sensor de nuestra cámara. Por lo tanto, nos permitirá trabajar con mayores tiempos de exposición.

Pongamos un ejemplo práctico. Supongamos que queremos hacer una fotografía de una cascada, río o playa, con efecto seda. Ahora pensemos que la intensidad de la luz ese día es tan grande que, aún cerrando al máximo el diafragma (f/40), el tiempo de exposición que pide la cámara es tan rápido (1/320) que no conseguimos el efecto.
Pues simplemente poniendo un filtro de densidad neutra conseguiremos que el tiempo de exposición aumente y podamos conseguir el efecto.
Tenemos diferentes tipos de filtros de densidad neutra dependiendo de la cantidad de luz que son capaces de “filtrar”. Una buena elección es tener unos ND2, ND4, ND8 y ND10, y así combinarlos según nuestras necesidades. (ND significa Neutral Density y la cifra que viene luego la cantidad de pasos de diafragma que es capaz de “cerrar”).

También podemos usar filtros polarizadores para evitar los reflejos indeseados cuando fotografiamos superficies brillantes, tales como el agua. Estos filtros cuentan con un anillo que nos permite rotar el cristal hasta conseguir evitar el reflejo.
El filtro polarizado también nos sirve si en la escena pretendemos fotografiar el cielo y el día es muy luminoso. La colocación de este filtro potencia los azules del cielo y marca con más energía el blanco de las nubes. En definitiva, se aumenta el contraste pero sacrificando un poco la luminosidad general.

El caso contrario sería el filtro de estrella.
Con estos filtros lo que pretendemos es potenciar los brillos en las superficies fotografiadas. Así conseguimos unos efectos creativos muy interesantes transformando los brillos en destellos en forma de estrella.
Dependiendo de la cantidad de aristas que creen estos filtros tendremos CS4, CS6 y CS8 (Cross Star + el número de destellos que crea).

2- Elige cuidadosamente la hora en que vas a efectuar la fotografía.

Como ya he comentado antes, las mejores horas para efectuar fotografías de naturaleza y paisajes son al amanecer y al atardecer.
La luz es un factor fundamental cuando hacemos cualquier tipo de fotografía (menuda perogrullada), y el Sol, como es evidente nuestra mayor fuente de luz. Pero cuando esa luz es especialmente agradecida es a primeras horas de la mañana y cuando el Sol se está poniendo en el horizonte. La escala de colores y los diferentes juegos entre luces y sombras harán que nuestras fotografías luzcan, y nunca mejor dicho, espectaculares.

Deberemos planificar con tranquilidad la hora en la que sale o se pone el Sol, para así poder preparar y proyectar la fotografía con tranquilidad. Llegar tarde hará que nos perdamos los mejores momentos y que posiblemente debamos volver al día siguiente.
Para estar seguros de acertar con la hora, simplemente miraremos una página sobre meteorología (por ejemplo http://www.eltiempo.es/). Allí haremos una búsqueda del tiempo en el lugar más cercano al sitio donde vamos a hacer las fotografías y veremos las horas de salida y puesta del Sol.

La paciencia será nuestra mejor compañera. No podemos pretender llegar y hacer la fotografía, eso sería como si te tocase la lotería. Es posible que debamos esperar hasta encontrar el mejor momento.

3- La regla de las cuatro tercios y el horizonte.

Esta es una regla que ya he explicado en anteriores tutoriales pero que nunca está de más recordar.

Hemos de tener presente el equilibrio entre los diferentes elementos que delimitan el horizonte. Un horizonte justo en el medio de la fotografía no es muy aconsejable.
Jugando con la regla de las cuatro tercios podremos encontrar una proporción equilibrada entre el cielo y la tierra, o entre el cielo y el mar.
Si tenemos un cielo espectacular pondremos la linea del horizonte en la primera recta imaginaria (comenzando por abajo) de nuestra fotografía, para que el cielo ocupe los dos tercios restantes.

Por el contrario, si lo que queremos es dar énfasis a la tierra o el mar respecto al cielo, debemos usar la segunda línea horizontal imaginaria. Así conseguimos que el cielo solo ocupe un tercio de la escena total y el mar o la tierra los otros dos tercios.

Otro detalle que no podemos olvidar es el de efectuar la fotografía con el horizonte completamente recto. Siempre es posible retocar a posteriori la fotografía para “enderezar” la toma, pero es mejor hacerlo bien desde el principio para luego no perder detalles deseados con el recorte. Hoy en día todos los trípodes cuentan con un nivel de burbuja que nos indica si la cámara está bien nivelada.

4- Composición de la fotografía.

Para no repetir algo que se explicó con anterioridad en otro artículo, voy a repasar de forma rápida este punto. (Para un análisis más profundo entrar aquí )

Estamos de acuerdo en que para conseguir una fotografía equilibrada necesitamos un punto central que nos sirva como eje principal y referente visual. Ese punto central lo podemos conseguir mediante la regla de los cuatro tercios. Los puntos de intersección de las dos líneas horizontales y verticales, podrán ser usados como referencia para colocar allí algún objeto o motivo que nos sirva de guía para el resto de la escena. Estos puntos de interés también podrán ser destacados mediante las líneas dominantes. Estas líneas dirigen la mirada del espectador hacia algún punto en concreto de la fotografía.

Como ya he dicho antes, para no alargar este punto es aconsejable que echéis un vistazo al artículo Composición fotográfica. Allí están todos estos conceptos extensamente explicados.

5- Juega con la profundidad de campo.

Este es uno de los puntos más importantes de este artículo. ¿Por qué?

Parece evidente ¿No? Si lo que pretendemos es hacer fotografías que nos muestren escenas de naturaleza, lo ideal es que aparezca el máximo espacio posible enfocado. Para esto debemos usar el diafragma como base para conseguirlo.

Recordando viejos conceptos, deberíamos repasar en general como afecta a la fotografía la apertura del diafragma, y en particular echar un vistazo a este artículo: ¿Qué es la distancia hiperfocal?

-A menor apertura del diafragma obtendremos más profundidad de campo (diafragma cerrado). O poniendo un ejemplo práctico: Si usamos una apertura de diafragma de f/32, conseguiremos tener una mayor zona de la fotografía enfocada, aunque necesitaremos un mayor tiempo de exposición para conseguir una toma correctamente iluminada al entrar menos luz hacia el sensor de la cámara. Como comenté anteriormente, esto, a parte de conseguir mayor zona enfocada, también nos servirá para hacer fotografías en que necesitemos captar movimiento por necesitar largos tiempos de exposición.
Efecto seda en el agua, movimiento de nubes, etc.

-A mayor apertura de diafragma menos profundidad de campo (diafragma abierto). En este caso la luz entra sin dificultad por estar el diafragma en su posición más abierta. Estaríamos hablando de aperturas f/2.8, f/3.5, etc.

Estas aperturas no son frecuentes cuando hacemos fotografías de paisajes, a no ser que pretendamos enfatizar solo una zona particular de la escena y dejar el resto desenfocado. Sería aconsejable cuando queremos dar preponderancia a un objeto en particular en detrimento del fondo.

Pero esto ya no sería fotografía de paisaje. Más bien sería fotografía de objetos con paisaje desenfocado de fondo.

6- Dispara en RAW.

Este es un consejo que habrás leído y escuchado cientos de veces. Yo seré el que lo haga la enésima vez.
Disparar en RAW te permitirá tener el control total sobre el postprocesado de tu fotografía.

Al trabajar en ese formato de imagen tendrás la posibilidad de obtener la mayor información posible captada por el sensor. Será como si estuvieras haciendo un negativo digital de tu toma.

Pero no solo esa es la ventaja que tendrás de trabajar en RAW en lugar de con JPG.
Los archivos RAW trabajan por norma general en 12 bits de profundidad de color. Esto implica disfrutar de 4.096 niveles de luminosidad distintos, contra los 256 del formato JPG.  Es evidente que el formato RAW nos dará más posibilidades de modificar nuestra fotografía a posteriori y con una pérdida de calidad menor.

Además recuerda que hemos hablado de la importancia de la luz en este tipo de fotografías, y que el Sol en este caso es nuestra principal fuente de iluminación. Qué mejor manera de controlar nuestras fotografías que modificando el balance de blancos a nuestro antojo con cualquier programa editor de archivos RAW.

Y hablando del Sol como fuente principal de este tipo de fotos, pasemos al siguiente punto.

7- ¿Solo sirven días soleados?

Por supuesto que no. Un paisaje es también un día lluvioso, nublado, nevado, etc.

La naturaleza se muestra de muchas formas potenciales y por lo tanto las posibilidades de fotografiarla es mucho más que un simple día de Sol.

Es igual de atractiva una fotografía en que aparezca un cielo nublado y lluvioso que una fotografía con un Sol espléndido surgiendo por el horizonte. De ti depende escoger el tipo de fotografía que vas a hacer.

8- Geolocalización o un GPS a mano.

Este punto no es sí mismo un consejo para hacer fotografías de paisajes, pero si es una sugerencia que te puede venir de perlas.

¿Nunca te ha pasado que te encuentras en un lugar determinado y sin esperarlo descubres una localización magnífica? Seguro que si, pero………¡¡No llevas la cámara encima!!
En ese momento maldices la hora en que saliste de casa sin tu amada cámara.
Pero no desesperes, en este caso es posible que tu móvil o el GPS salgan en tu auxilio.

Siempre tendrás la opción de marcar el punto exacto con sus coordenadas para volver en otro momento.

Y sino, también tienes la opción de navegar por las distintas páginas que hay en internet para buscar buenas localizaciones. Flickr, Picassa, etc.
Recuerda que muchos fotógrafos geolocalizan sus fotografías para que el resto de usuarios sepan el sitio exacto desde donde fue sacada.
Tu tan solo has de mirar el punto marcado, copiar las coordenadas, introducirlas en tu navegador GPS, ir al lugar………¡¡Y a fotografiar!!

Composición fotográfica


Para empezar podemos afirmar que la única regla en la fotografía es que no hay reglas. No obstante,  tenemos múltiples normas de composición que nos ayudarán a mejorar nuestras fotografías.

En este artículo pasaremos a ver unas cuantas de estas “reglas”.

Regla de los tercios

En la fotografía, la regla de los tercios es una forma de composición para ordenar objetos dentro de la imagen.

Esta regla consiste en dividir la imagen con dos lineas imaginarias paralelas y equidistantes de forma horizontal, y dos más de forma vertical con las mismas características. Con ello conseguimos dividir la imagen en nueve fragmentos iguales.
La idea es encontrar los cuatro puntos de intersección de estas lineas, y usarlos para distribuir los objetos de la escena y también usar estos puntos para ensalzar los elementos que nos interesen.

-Puntos de Intersección

Los cuatro puntos de intersección sirven para colocar en ellos el centro de atención de la composición y así conseguir una estructura con una estética atrayente y equilibrada.
Por regla general el punto de atención (o sujeto principal) se coloca en cualquier de los cuatro puntos, y si hubiese un segundo punto de atención, éste se colocaría en el punto opuesto diagonalmente.
Pongamos un ejemplo:

-Ley del Horizonte

Otra forma de usar la regla de los tercios es la ley del horizonte cuando hablamos de paisajes. Por norma general, esto significa que usamos las líneas para ubicar el horizonte.
Si colocamos la línea del horizonte en la línea inferior (a 1/3) le damos prioridad al cielo, y si colocamos la línea del horizonte en la línea superior (a 2/3) le damos prioridad a la tierra. Esta regla rige independientemente de que la imagen la tengamos en formato horizontal o vertical.

Las líneas dominantes

Otra de las reglas que han de tener muy presente los fotógrafos son las líneas dominantes.
Éstas se usan para guiar el interés del espectador dentro de la escena fotografiada.
Se podría decir que podemos encontrar líneas dominantes en cualquier cosa.  Las podemos encontrar, horizontales, verticales, en curva u oblicuas. Aunque hay que recalcar que las diagonales y líneas en “S” son más dinámicas e imprimen más interés a nuestras imágenes.

En estas dos fotografías podemos ver como las líneas dominantes dirigen nuestra mirada y conducen nuestra atención hacia otras partes de la imagen. Así conseguimos que el ojo recorra estas líneas imaginarias y obligamos a que la atención del espectador se dirija hacia otras zonas de la fotografía.
En la primera, vemos como siguiendo las luces, nuestra mirada viaja hacia el final de la escena, y en la segunda vemos como la valla consigue que nuestra atención recorra diagonalmente la fotografía hacia el centro de la imagen.

Dentro de las líneas dominantes podríamos hacer una mención especial a dos casos especiales: la mirada y el movimiento.

-La mirada:
La mirada de una persona dibuja una línea dominante imaginaria. Esta mirada debe ser destacada y respetada por el fotógrafo. En el momento que la persona fotografiada mira hacia algún punto, el fotógrafo debe abrir el encuadre colocando a la persona a un lado y dejando un espacio libre.

-El movimiento:
Una persona o un objeto que se encuentre en movimiento también traza una línea dominante imaginaria. El trayecto también puede dotar a la imágen de una mayor fuerza expresiva. Cuando la persona u objeto penetra en la escena es recomendable abrir el encuadre y también dejar un espacio libre delante del objeto, con el fin de multiplicar y potenciar la sensación de movimiento.

Punto de vista

Partamos de la base que, por la naturaleza del ser humano, nuestra mirada se encuentra a una altura aproximada de entre 1,60/1,70 m. Nuestro punto de vista, por lo tanto, siempre está a esa altura y de forma frontal. Al ser de esta forma, obtenemos fotografías formales, descriptivas y características, pero muy alejadas de la originalidad al ser demasiado previsibles.

La alteración del punto de vista nos ayuda a obtener diferentes enfoques y matices, además de descubrir aspectos no esperados. Esto nos puede ayudar a captar más la atención del que visualice nuestras fotografías. Para ello, tenemos múltiples recursos fotográficos que pasaremos a estudiar seguidamente.

Las más utilizadas por los fotógrafos son las siguientes:

-Picado:
Las imágenes obtenidas en picado, se realizan desde una posición más alta que el elemento fotografiado.  En este tipo de tomas se ha de tener mucho cuidado al fotografiar a personas (sobre todo a niños) o animales, ya que, se tiende a deformar las proporciones, sobre todo si se fotografía muy de cerca.
Otro problema es que disminuye la importancia del objeto fotografiado y se tiende a ver de forma subordinada respecto al resto de la imagen.

-Cenital:
Este tipo de imágenes se obtienen en un ángulo totalmente perpendicular al suelo, o sea, a 90º (Desde arriba hacia abajo).
Este tipo de fotografías carecen de perspectiva al ser tomadas en un ángulo tan forzado, y además carecen de puntos de referencia visuales respecto al horizonte.

-Contrapicado:
Hablamos de contrapicado cuando la fotografía se realiza desde una posición más baja respecto al objeto fotografiado.
Con la perspectiva que se crea, el objeto se agranda visualmente, y se le imprime una sensación de poder y fuerza.
Su uso más frecuente es en fotografía de edificios, monumentos y arquitectura, aunque también se usa para tomar imágenes de personas. Es este último tipo de imágenes se confiere al sujeto una apariencia de superioridad y poderío.

-Toma a ras de suelo:
Estas tomas consisten en efectuar las fotografías al nivel del suelo o del objeto. Gracias a este tipo de fotografías conseguimos un efecto impactante al mostrar un ángulo poco frecuente e inusual. El ojo humano no está habituado a observar el mundo desde este ángulo y así logramos sorprender al espectador.

Equilibrio de los Elementos

Mientras más equilibrados estén los elementos que componen una fotografía, más agradable acabará siendo. La distribución de los elementos dentro de ella es algo fundamental.
La colocación del objeto principal es aconsejable que no esté en el centro de la toma. La razón es que esto puede crear espacios vacíos. Para corregirlo, es necesario buscar otros objetos de menor importancia para ocupar ese espacio sin referentes visuales. Lo ideal sería la inclusión de otro objeto que dotará de un equilibrio que, de otra manera, sería instintivamente descubierto por el observador.

Crear Profundidad

Partiendo de la base que la fotografía es un espacio de dos dimensiones, nos encontraremos con el problema de transmitir profundidad en nuestra imágenes.
Una solución es la de incluir objetos en primer plano para así conseguir la sensación de estar observando una imagen en tres dimensiones.
El ojo humano, reconoce estas capas y mentalmente las separa.

Formato del encuadre

La eleccion del formato del encuadre también nos ayudará en la composición final de nuestras fotografías.
El modo usual de agarrar nuestras cámaras, hace que tengamos tendencia a usar el formato horizontal, ya que es la posición en la que se encuentra el sensor de la cámara digital o la película en caso de ser cámara analógica. Esto hace que si no lo tenemos en cuenta, abusaremos de esta orientación.

Existen cinco formatos para encuadrar nuestras fotografías:

-Formato horizontal:
Este tipo de encuadre sugiere quietud, tranquilidad y suele usarse en fotografías de paisajes y en fotos de grupos. La tendencia natural es la de usar este tipo de formato, por ser la orientación normal de todas las cámaras.
Por ser el formato usualmente utilizado para fotografiar paisajes también se le conoce como formato apaisado.

-Formato vertical:
Este tipo de encuadre sugiere fuerza, firmeza y es el más utilizado para retratos. Se obtiene girando la cámara 90º. Este formato acentúa las líneas verticales y diagonales, confiriendo más contundencia a la escena y aumentando la sensación de magnitud de la toma.
Cuando fotografiamos a una persona, ya sea en primer plano o cuerpo entero, utilizaremos preferentemente este formato. Algo que debemos evitar al fotografiar a personas es dejar un excesivo espacio por encima de la cabeza o separarnos demasiado  para incluir el fondo.

-Formato inclinado:
Este formato se obtiene inclinando la cámara en un ángulo intermedio entre el horizontal y el vertical. Este encuadre transmite dinamismo y se usa principalmente para obtener fotografías creativas, ya que se sale de los cánones más aceptados.

-Formato cuadrado:
Este formato es el que presenta las mismas medidas tanto verticales como horizontales. Para obtenerlo debemos modificar físicamente la fotografía recortándola, o bien usando un editor fotográfico, en caso de ser un archivo digital, para redimensionar la imagen.
Usualmente se usa en fotografía científica por ser el tipo de formato que transmite la información de forma más aséptica y limpia.

-Formato panorámico:
Este formato es el que se caracteriza por ser desproporcionadamente ancho respecto a la altura de la imagen. Se suele usar para fotografía paisajística.
Gracias a las cámaras digitales y a los programas de edición, podemos unir varias fotografías para conseguir imágenes en este formato.
Otra opción es la de usar objetivos llamados «ojo de pez». Estos objetivos tienen una desventaja, y es que distorsionan enormemente los extremos de la imágen, aunque conseguimos fotografías de gran valor artístico precisamente por esa deformación.

Ésta última fotografía fue realizada tras la unión de cinco imágenes mediante un programa de edición fotográfica.

Simetría y patrones

Estamos rodeados por la simetría y los patrones, tanto naturales como provocadas por el hombre, y que pueden hacer composiciones muy llamativas, sobre todo en situaciones inesperadas.
Otra forma de mejorar la composición es romper esta simetría o patrón de alguna manera. Por ejemplo, introduciendo un punto focal en la escena que rompa con las pautas dominantes de la imagen.

Enfoque total o selectivo

El enfoque es otro de los recursos que podemos utilizar para mejorar la composición de nuestras fotografías. Según el tipo de enfoque podemos resaltar a nuestra voluntad diferentes planos de la escena.
Con la apertura de diafragma y el tiempo de exposición podemos variar a nuestro antojo la profundidad de campo, y por lo tanto modificar el enfoque, aunque esto es algo que se tratará más adelante en otro artículo.

En el enfoque total intentamos que toda la escena esté, valga la redundancia, enfocada. Es un tipo de enfoque muy recomendable cuando no queremos resaltar ningún motivo en especial  de la imagen respecto al resto. Para ello jugamos con la profundidad de campo, usando la menor apertura de diafragma de nuestra cámara.
Normalmente estos enfoques son recomendables en paisajes.

En el enfoque selectivo intentamos destacar algún objeto respecto al resto. Para esto, reducimos la profundidad de campo y enfocamos el motivo que deseamos enfatizar. Gracias a esto evitamos que el observador se distraiga con elementos no deseados.
Hay un truco que podemos usar si queremos conseguir este efecto. El truco consistiría en fijar el objeto deseado mediante el bloqueo del enfoque (pulsando el botón de nuestra cámara hasta la mitad), luego desplazamos el objetivo para buscar el encuadre deseado y finalmente pulsamos el botón de la cámara hasta el final.
Así conseguimos destacar el motivo que queríamos y dejamos el resto de la escena desenfocada.

Enmarcado

Observando lo que nos rodea, podemos comprobar como en el mundo hay múltiples objetos que pueden actuar como marcos de nuestras fotografías. El arco de una ventana, el ojo de una barandilla, árboles, agujeros…Un sinfín de elementos que al colocarlos al borde de nuestras fotografías nos ayuda a aislar el motivo principal del resto.

Cropping

A veces vemos como el tema principal se pierde dentro del desorden del entorno. Para esto podemos usar el cropping. Esta técnica consistiría en recortar el motivo principal e ignorar el resto de información.

Habría varias formas de hacerlo. La más sencilla sería efectuarlo a priori, o sea, hacer zoom directo hacia lo que queremos destacar, y si lo hacemos a posteriori, deberíamos reencuadrar y recortar el motivo escogido.

El movimiento

Otro de los recursos que tenemos para dotar a nuestras fotografías de más dinamismo es jugar con el movimiento.
Algo paradójico si contamos con que la esencia de la fotografía es «congelar» escenas en movimiento.

Este movimiento lo podemos modificar jugando con la apertura del diafragma y la velocidad de obturación (además de otros parámetros).

Los dos efectos más frecuentes en relación al movimiento son:

-Congelación:
Este efecto consiste en conseguir que una objeto que se encuentra en movimiento quede completamente congelado. Es decir, la idea es proporcionar al espectador la visión de un instante que normalmente captaría en movimiento.

-Desplazamiento:

Con este efecto pretendemos captar el movimiento de una parte de la escena respecto al resto, que queremos que permanezca congelada.
Hay que dejar un tiempo de exposición lo suficientemente lento para que el movimiento quede patente en la imagen.  Al conseguirlo, obtendremos una toma donde una parte quedará completamente congelada, y otra zona donde se apreciará el movimiento.
Con un barrido fotográfico también se puede conseguir efectos parecidos.
Este efecto consistiría en fotografiar a un objeto en movimiento siguiéndolo con la cámara, consiguiendo que dicho objeto quede nítido y el resto de la escena movida.

Y ahora a experimentar con nuestras cámaras.